Mildred Figueroa fue una destacada lancera en las Fiestas de Independencia de 2011. Ella contó su experiencia a las periodistas de Revista Visor.
El sol se encontraba en su punto más alto, el color azul del cielo era lo que más predominaba en ese día junto a todos los vestuarios coloridos presentes, el calor estaba latente y una muestra de ello era su sudor que corría por su frente, sus pies ya dolían, pero eso parecía no importarle. La música retumbaba en sus oídos y su cuerpo bailaba al son de ella, los movimientos de su lanza le daban un aire de superioridad, el bullicio de la gente la emocionaba aún más mostrando su resplandeciente sonrisa.
Mildred Figueroa, la lancera, que con gracia y determinación conquistaba el corazón de la celebración, dejaba una huella imborrable en cada espectador que admiraba su destreza y amor por la cultura festiva. Su preparación meticulosa, tanto física como emocional, la convirtió en una representante viva de la identidad cultural cartagenera. Desde su vestuario creativo, hasta la lanza con significado ancestral. Mildred no solo participó, sino que encarnó la esencia festiva.
Las experiencias memorables, como recibir la lanza festiva o desfilar en una carroza, son momentos para transmitir saberes y conectar con la comunidad. Su participación celebró las fiestas como parte esencial de la identidad local, resaltando la importancia de los sectores populares en la historia y cultura de Cartagena.
Revista Visor (RV) -Cuéntenos señora Mildred, ¿qué le motivó a ser lancera y desempeñar un papel principal en las Fiestas de Independencia?
Mildred Figueroa (MF) -Como Gran Lancera, mi inspiración surgió en el 2011, durante la celebración del bicentenario de la Independencia de Cartagena, cuando fui postulada y elegida para tan distinguido cargo. Este honor se otorga anualmente a una pareja con experiencia en la cultura que haya contribuido durante varios años a las festividades. Este título nos convierte como las máximas autoridades de las festividades por un año, permitiéndonos participar activamente en todos los eventos con liderazgo y conocimiento.
Mildred se siente muy honrada por el reconocimiento a su experiencia de más de 37 años en el arte y la cultura. Y aún más, porque, aunque no sea su año designado, comentó que los Grandes Lanceros siguen siendo una parte esencial de las festividades para siempre.
RV: -¿Cómo se sintió siendo la Gran Lancera en las fiestas de 2011?
MF: -Ser la Gran Lancera es una experiencia increíble. Para mí, es como estar conectada con la historia de nuestra ciudad y sus luchas por la independencia. Representar a los Lanceros de Getsemaní fue y será un honor y una responsabilidad que tomaré con mucho cariño. Desde que esta tradición comenzó en el 2006, ha cobrado un significado aún más especial. Cada movimiento con la lanza es como revivir esos momentos de valentía y determinación. Es una conexión especial con nuestra cultura y una forma de compartir esa historia con la comunidad durante estas fiestas tan significativas.
RV: -¿Y con respecto a la preparación física y mental para ser parte de un gran desfile como este, pero, además, para ser lancera?
MF: -Físicamente, me preparo seleccionando mi vestuario colorido, ya que soy artista plástica y gestora cultural. Y un elemento que no debo dejar es el bastón de mando en forma de lanza que significa lucha y va revestido de fiesta con plumas y pequeñas artesanías que igualmente tienen su significado ancestral proveniente de las etnias que conforman nuestra raza identitaria. Emocionalmente debo estar en la mejor actitud para el disfrute y el cumplimiento de actividades agendadas por el IPCC, rector de las festividades.
Recordando su trayectoria como Lancera de la Independencia, Mildred relató varias experiencias que dejaron una huella imborrable en su corazón. Una de ellas, fue el emotivo momento en el cual recibió el bastón de mando de su antecesor; la lanza festiva que identifica a todos los lanceros. Además, destaca la gratificante labor de compartir los saberes de estas fiestas con niños, jóvenes y la comunidad en general, contribuyendo así, a la conservación de esta tradición. Pero tal vez, entre las experiencias más vibrantes, se encuentra el desfile majestuoso en carroza, desfilando y bailando ante una multitud entregada durante el maravilloso y tradicional Desfile de Independencia.
Para Mildred, la participación en las fiestas novembrinas, contribuye a la participación de la comunidad con su historia y tradiciones, ya que un Gran Lancero se distribuye como un puente crucial entre la comunidad y sus raíces históricas y tradiciones, al compartir su conocimiento mediante una agenda festiva. Al hacerlo, no solo contribuye al enriquecimiento cultural, sino que también fortalece los lazos de la comunidad con su identidad y legado.
Las Fiestas de Independencia en Cartagena, más que simples celebraciones anuales, son una combinación de colores, sonidos y tradiciones que encapsulan la rica historia de la ciudad. Desde sus inicios, estas festividades se erigen como un tributo a la valentía y determinación de aquellos que lucharon por la independencia. Los Grandes Lanceros, como Mildred Figueroa, personifican la conexión entre pasado y presente, llevando consigo no solo lanzas adornadas, sino también el espíritu indomable de quienes forjaron el camino hacia la libertad. En cada desfile, en cada gesto, estas festividades resuenan como un eco que viaja a través de los siglos, recordándonos que la identidad cartagenera se celebra con orgullo y alegría en cada rincón de la ciudad.
