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La Pista de Patinaje, el recinto deportivo que ayudó a un cartagenero a enfrentar la enfermedad de Blount

Créditos
Laura Arnedo Ortiz, Estefanía Pallares Chaveta, Luz Angela Bermejo y Alejandro Sánchez Tovar.
Foto: Cortesía IDER
Foto: Cortesía IDER

En el año 2006, el Distrito de Cartagena y el Ministerio del Deporte llevaron a cabo una megaobra deportiva conocida como la Pista de Patinaje, o Patinódromo para promover el deporte nacional del patinaje, autóctono de nuestra sociedad colombiana, dándole el privilegio al barrio El Campestre, en Cartagena de Indias, de obtener el escenario adecuado para 500 espectadores

Los primeros pasos de Alan y sus dificultades

 

Nueve años antes, en 1997, un 4 de enero, en este mismo barrio de la ciudad de Cartagena, nació un niño llamado Alan Sánchez Tovar, producto del amor entre Alan Sánchez y Edith Tovar, su primogénito. Durante los primeros doce meses de vida, todo parecía marchar bien para el infante; sin embargo, al cumplir diecisiete meses, es decir, un año y cinco meses de vida, comenzaron a manifestarse sus problemas motrices.

Ambos notaron la torcedura de las piernas y rodillas de Alan y cómo sus primeros pasos los daba de manera encorvada y poco natural. Intrigados y asustados, acudieron al seguro médico del niño, El Magisterio, y gracias a la diligente labor del ortopedista, finalmente supieron cuál era la anomalía que afectaba al pequeño.

Un diagnóstico inesperado

 

La enfermedad de Blount fue lo que escucharon Alan y Edith. El doctor les informó que el pequeño de veinte meses padecía un trastorno de crecimiento óseo que afecta principalmente a la tibia, el hueso más grande de la pierna. Esto provoca una curvatura anormal en la parte interna de esta y lleva a que las rodillas se inclinen hacia dentro, generando una condición de piernas arqueadas

A los atribulados padres el ortopedista propuso una solución estética para el problema, aunque les advirtió que no sería fácil ni rápida, sino que tomaría varios años. Entre el 2000 y 2008, Alan creció utilizando botas ortopédicas y twister ortopédicos que  contribuyeron significativamente a enderezar sus piernas y mejorar su motricidad.

Una nueva oportunidad para Alan, el patinaje como terapia 

 

El 25 de enero de 2009, a los 12 años de edad, luego de tanta lidia con tratamientos, burlas, bullying, preocupaciones y sacrificios, el ortopedista le dio una buena noticia a Alan y a sus padres. El progreso había sido notable, aunque aún había secuelas del trastorno, por lo que sugirió que practicara el patinaje. Esto le permitiría fortalecer sus músculos, mejorar el equilibrio y la coordinación, alinear sus piernas, desarrollar flexibilidad y aumentar su autoconfianza y autoestima.En febrero de ese año, Alan incursionó en este deporte. A pesar de gustarle más el fútbol, priorizó la práctica de este para mejorar su condición médica y encontró, además, refugio y alegrías durante los dos años de entrenamiento, entre el 2008 y 2010. Su plan no era seguir los pasos para convertirse en un patinador profesional y competitivo, pero su constancia junto con la ayuda de sus entrenadores, compañeros, su mamá y su papá en la Pista de Patinaje, el tren inferior, es decir, las piernas y músculos asociados, mejoraron enormemente lo que le permitió dar por culminado su tratamiento médico.

 

Foto: Cortesía IDER

Un lugar lleno de esperanzas, la Pista de Patinaje

 

El deporte del patinaje y el recinto del Patinódromo no son solo la búsqueda de cumplir sueños y metas, sino que también han sido un salvavidas para la salud de muchos. A sus 27 años, Alan recuerda esta experiencia como algo tanto maravilloso y desafiante en su vida. A pesar de las dificultades, siempre estará agradecido por este deporte, que no es fácil de practicar, pero con dedicación puede ofrecer grandes beneficios. Tal vez no fue el mejor, pero encontró en el patinaje una solución extraordinaria para su bienestar.Hace ya 17 años que la Pista de Patinaje es sede de numerosos torneos panamericanos, así como de competencias nacionales y regionales. Sin embargo, lo más importante es que alberga los sueños de muchos cartageneros y bolivarenses que ven en el patinaje una oportunidad para salir adelante y también para contribuir a sus tratamientos médicos. El Campestre es un barrio privilegiado por sus zonas deportivas, pero su recinto más emblemático es precisamente la Pista de Patinaje, considerada la mejor obra realizada en sus casi 50 años de historia desde su fundación.

Un lugar que siempre será especial

Solo queda decir que la familia Sánchez Tovar está profundamente agradecida por la Pista de Patinaje y el deporte en sí, así como por los trabajadores y profesionales que dignifican esta disciplina sobre ruedas. También extienden su gratitud a quienes dan vida y color a este espacio, donde muchos niños, niñas y adolescentes persiguen sus sueños, y otros, como Alan, buscan simplemente mejorar su salud. 

 

 

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