La llegada del COVID-19 impidió a los estudiantes universitarios cartageneros desenvolverse adecuadamente en su contexto académico y social, afectando negativamente la salud mental de muchos de ellos y ellas. Este es un especial sonoro que explora cómo vivieron la pandemia desde la virtualidad y qué tanto afectó sus dinámicas actuales el retorno a clases.
La salud mental puede entenderse como un estado de bienestar físico, social y emocional en el que una persona es capaz de realizar sus actividades diarias de manera tranquila, incluso rodeado de situaciones que podrían considerarse estresantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la salud mental es algo más que la ausencia de trastornos mentales, es decir, que es parte esencial de la salud en general de una persona.
De esta forma, múltiples factores tanto del entorno físico y social, así como biológicos, son determinantes de la buena o mala salud mental. Si una persona no cuenta con un mínimo de calidad de vida, como lo es la satisfacción de las necesidades básicas, es poco probable que tenga una buena salud mental.
La OMS distingue tres tipos de problemas de carácter psicológico: los preexistentes, los inducidos por emergencia y los que se dan en respuesta humanitaria inducida. En el primer tipo se encuentran trastornos mentales como la depresión, la esquizofrenia o el consumo nocivo de alcohol. En el segundo, el duelo, las reacciones de estrés agudo, el uso nocivo de alcohol y drogas, la depresión y la ansiedad, incluido el trastorno de estrés postraumático. Y en el último está la ansiedad debido a la falta de información sobre la distribución de alimentos o sobre cómo obtener servicios básicos.
Más de mil millones de personas alrededor del mundo sufren de un trastorno mental, según un informe de la OMS. En presencia de crisis esa cantidad de individuos que ya venían experimentando estos problemas, se vuelven mucho más vulnerables en comparación a quienes no presentan ningún tipo de afecciones de esta índole.
En Colombia, según un balance entregado por la subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, durante el periodo entre abril de 2020 y junio de 2021 se efectuaron alrededor de 24.000 interacciones en marco de la teleorientación en salud mental, de las cuales las principales problemáticas estuvieron relacionadas con síntomas de ansiedad, reacciones al estrés y síntomas de estrés.
Por otro lado, en un estudio realizado en 2020 sobre los efectos de la salud mental de la población colombiana durante la pandemia del COVID-19, se encontró que el 29% de la muestra manifestó haber experimentado ansiedad, el 35% depresión, el 31% somatización y el 21% soledad. La población que más se vio afectada por estos problemas fueron los adultos jóvenes y las mujeres con bajos ingresos económicos, estas últimas presentaron un mayor riesgo. También se indagó sobre los efectos positivos que se dieron sobre la salud mental, entre ellos están las relaciones con los demás, cambio espiritual, aprecio por la vida, resiliencia, entre otros.
La situación que a nivel general se vivió en el mundo con la llegada del COVID-19 fue bastante problemática, además de lo difícil que fue para muchos acoplarse al cambio de dinámicas de vida que venían acostumbrados a llevar. Surgieron entonces también otros problemas relacionados con economía, salud, política, educación, violencia, entre muchos otros.
Aspectos de la vida cotidiana de una persona como las relaciones interpersonales, la seguridad y confianza en sí mismos, el interés por ciertas actividades y la motivación para realizarlas, se vieron de una u otra forma influenciadas por la crisis.
Si bien los problemas de salud mental no fueron los únicos que se vieron agravados o provocados por la crisis pandémica, es necesario darle la atención e importancia que amerita el tema, dado que en este se centra gran parte del bienestar integral que puede afectar de forma negativa a la vida plena de quien experimente un problema de esta índole, el cual podría ser prevenido si se trata a tiempo.
La etapa universitaria en la vida de una persona es determinante de muchas situaciones futuras, del ser personal y profesional de quien tiene la posibilidad de acceder a esta formación. Pasar dos años de la vida encerrados en las mismas cuatro paredes puede ser una gran desventaja para muchas personas, sin embargo, debido a la etapa en la que normalmente se encuentra un estudiante universitario, puede significar mucho más que eso.
La universidad, además de ser un espacio que forma a profesionales en determinadas áreas del conocimiento, también es una fuente de experiencias de vida, de socialización, de conexión con otras personas, de autorreconocimiento y autoformación, de orientación y mucho más.
A raíz de esta crisis pandémica, muchas universidades alrededor del país se vieron en la obligación de hacer un ajuste en sus actividades académicas y administrativas como medida de prevención de contagios. Situación que impidió a los estudiantes universitarios desenvolverse adecuadamente en el contexto académico y social, afectando negativamente a muchos de ellos y ellas en aspectos relacionados a su salud mental o que pueden implicar una influencia negativa en la misma.
Algunos de estos aspectos están relacionados con las habilidades para responder adecuadamente a las situaciones que demanda el entorno, las relaciones sociales, la autonomía, el equilibrio personal, el manejo del estrés, la ansiedad, entre otros.
Este especial se encuentra acompañado de una serie de pódcast en los que se escucha cómo fue atravesar el período crítico de la pandemia desde la experiencia de cuatro estudiantes de pregrado en diferentes universidades de Cartagena. Esto, con la intención de dar cuenta de que es un problema real y que personas con las que usualmente se frecuenta, pueden estar pasando por una situación difícil en la que pueden o no contar con las habilidades necesarias para sobrellevarla. Con ello, pueden estar retrasando su proceso de afrontamiento o superación:
Ecosistemas mentales es un pódcast basado en las experiencias de cuatro estudiantes universitarios con relación a su salud mental antes, durante y después del período crítico de la pandemia por COVID-19:
Mi vida antes de
En esta primera sección, los jóvenes cuentan cómo se sentían social, emocional y psicológicamente antes de la emergencia sanitaria. Se encuentran entre ellos, casos en los que se piensa haber tenido una buena salud mental en este periodo. Es decir, sus habilidades sociales y comunicativas estaban bien, tenían un equilibrio en su vida sobre las situaciones buenas y malas que les sucedían y tenían un buen desempeño académico. Hay otros casos en los que no todo era tan positivo en relación con este aspecto
Viviendo en pandemia
En este punto se conoce cómo estos estudiantes vivieron la pandemia desde los componentes sociales, emocionales y psicológicos y cómo se vieron afectados en ese período. Además, se incluye la voz de un experto en el área clínica de la psicología, quien, brevemente, explica qué es la salud mental y cómo identificar si se está experimentando un problema relacionado a la salud mental.
De vuelta a la rutina
Ahora escucharemos cómo se encuentran los estudiantes actualmente, luego de dos años de confinamiento, de clases remotas, de poco contacto físico, entre otros factores que pudieron haber influido negativamente en su salud mental. Además, expresan cómo afrontaron sus problemas y si ya los han superado.
¿Qué hacer si sufro problemas de salud mental?