Las calles de Cartagena reflejan los retos que enfrentan muchas personas para habitar la ciudad en igualdad de condiciones. En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la Universidad Tecnológica de Bolívar abrió un espacio para la reflexión a través del conversatorio sobre la violencia de género en los espacios públicos.
El conversatorio fue liderado por la profesora Mercedes Posada, de Comunicación Social, y Claudia Ayola, profesora de Humanidades, quienes contaron con la participación de Shaira Castro, lideresa LGBTIQ+ y presidenta de la Junta de Acción Comunal de Olaya Herrera, sector Estela, y de Irina Ávila, activista feminista LGBTIQ+.
El encuentro tuvo como eje central el derecho a la ciudad y la problemática del acceso digno al espacio público. Las ponentes coincidieron en que la violencia en estos entornos se intensifica ante la diferencia, ya sea de identidad, orientación y género.
“Más que una celebración, es una conmemoración de la gesta de todas las mujeres que han luchado. Hablar del futuro sin perder de vista todos los desafíos que persisten en un contexto como Cartagena es fundamental”, expresó Mercedes Posada.
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Cartagena: una ciudad de retos
Las participantes resaltaron que Cartagena es una ciudad pensada para turistas, desigual y excluyente en términos de acceso al espacio público. Irina destacó que “la fuerza y el desafío es mucho mayor en estos entornos, donde por ser diferente ya se está violentando”. Además, puso sobre la mesa el estigma que enfrentan las mujeres migrantes y personas de la comunidad LGBTIQ+, para quienes habitar la ciudad representa un acto de resistencia diaria.
Shaira Castro, quien se define como una persona no binaria y ha liderado procesos trans y de cultura en su comunidad, enfatizó en la necesidad de repensar la ciudad como un territorio inclusivo. “Una persona LGBTIQ+ no podía ser presidenta de la Junta de Acción Comunal. Tuve que pelear por mi sector, enfrentar la violencia y demostrar que la gestión no depende del género, sino del compromiso con la comunidad”, relató Castro.
Las cifras
El problema de la violencia de género en espacios públicos no es menor. Según en el Informe del Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM), tres de cada 10 mujeres aseguraron recibir comentarios sobre su cuerpo en las calles, el 3,1% ha sido tocada sin su consentimiento en partes íntimas en espacios públicos. En Cartagena, solo el 15% de las mujeres se sienten seguras en estos entornos.
Las panelistas coincidieron en que la violencia de género en el espacio público no es un fenómeno aislado, sino el resultado de una cultura estigmatizante que sigue marcando cómo se habita el territorio. “La construcción de la identidad está influenciada por estereotipos que determinan comportamientos y apropiaciones tanto individuales como colectivas”, afirmó Ayola.
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El conversatorio concluyó con una reflexión sobre el derecho a una ciudad más amable e inclusiva. “Aprendí a respetarme a mí misma. No es la sociedad la que me va a respetar, soy yo quien me hago respetar”, enfatizó Shaira Castro, haciendo un llamado a la autoafirmación y la resistencia frente a la violencia estructural.
Las participantes coincidieron en la necesidad de impulsar políticas públicas que garanticen el acceso digno a los espacios públicos para todas las personas, independientemente de su identidad u orientación sexual. Cartagena, como muchas otras ciudades, enfrenta el reto de transformar sus calles en lugares seguros e incluyentes para quienes históricamente han sido marginados.