Por: Tania Lucía Cobos, PhD en Comunicación y Periodismo, profesora del programa de Comunicación Social de la UTB
Solemos utilizar cotidianamente la expresión redes sociales porque es la forma cómo los medios de comunicación se refieren a estos servicios o plataformas digitales como Facebook, TikTok, Twitter, Instagram, entre otros, pero realmente las redes sociales las construimos desde el primer momento en que llegamos a un hogar, ya sea porque nacimos en este o porque nos llevaron por adopción, es decir, las redes sociales se construyen en la interacción face to face.
¿Entonces que es lo que tenemos en internet? Aquí hablamos de las redes sociales digitales o redes sociodigitales, que tienen como característica principal la interacción mediada a través de la pantalla de un dispositivo -un smartphone, una tableta, un computador…- que tiene conexión a internet, por lo tanto, si no se cumplen estas dos condiciones no va a ser posible la interacción en estos espacios.
La importancia de las redes sociales digitales
La relevancia que tienen en este momento estas plataformas digitales es profunda e inmensa, destacándose cada una por sus particularidades. Twitter, por ejemplo, es una red social principalmente enfocada en la divulgación de información y opinión, incluso en temas de carácter académico, por ejemplo, las personas que tenemos el perfil de docentes investigadores, utilizamos la misma para la divulgación de lo que hacemos e interactuar con otros colegas.
Justamente hace unas semanas recibí una mención en un tuit de una colega en Reino Unido que agradecía el hecho de que un artículo que yo publiqué previamente le había sido muy útil a ella para construcción de su propia investigación. Algunos investigadores toman sus artículos y los convierten en hilos en Twitter y empiezan a publicar allí los hallazgos de sus pesquisas, es decir, en esta estamos viendo otras formas de hacer divulgación de la ciencia.
Si ampliamos a otras plataformas, por ejemplo, Instagram juega un papel importante para la visibilidad de los emprendimientos, TikTok se está posicionando como un espacio para el ciberactivismo y Facebook no deja ser clave para el marketing político, principalmente en época electoral. En resumen, su impacto social es muy amplio y esto también tiene aspectos negativos, como, por ejemplo, el ciberbullying, la cultura de la cancelación, el discurso de odio, la desinformación y los bulos, la suplantación de identidad, las estafas, entre otras.
Te puede interesar: Estudia Comunicación Social en Cartagena y desarrolla tus habilidades comunicativas formándote como un profesional comprometido con el desarrollo humano y social sostenible
Psicología humana en las redes sociales digitales
Uno de los elementos que nos ayuda a tener autocontrol en nosotros es el mirar a los ojos cuando interactuamos enfrente del otro, lo que a su vez nos permite hacer diversas lecturas de comunicación no verbal: si bajó la mirada, si la desvió, si pestañea mucho, si la sostiene fijamente… por tanto, si es tímido, si nos está mintiendo, si se siente culpable, si gusta de nosotros…
Pero cuando estamos interactuando digitalmente, es decir, mediante una pantalla, este autocontrol se relaja porque ya no existe esa interacción visual o porque baja de intensidad al sólo ver la fotografía del otro, por lo tanto, hay más desinhibición y esta puede llevarnos a escribir cosas que difícilmente diríamos presencialmente.
Hay personas que se transforman completamente, son una en la interacción face to face y otra completamente distinta en la interacción que tiene en Facebook o Twitter, ya sea porque son cohibidos o tímidos y el supuesto anonimato que también está presente en estas les ayuda a liberarse y no siempre a lo bien, sino hacerlo a través de expresiones agresivas y llenas de odio.
Esto en particular lo podemos ver, por ejemplo, con la dinámica de los trolls. Los trolls son una figura dentro de las redes sociales digitales, son personas que, o actúan como lobos solitarios o hacen parte de una red organizada de trolls, llamadas granjas o bodegas de trolls -y por tanto, negocio-. La dinámica de estas figuras en estos espacios consiste en destilar “veneno”, es decir, estimulan el discurso de odio, mensajes conectados con situaciones de carácter negativo, con la intención de generar fuego, ya sea porque lo están haciendo por diversión o porque les están pagando para ello.
Redes sociales digitales como canal de promoción y mercadeo
En este aspecto hablamos del marketing digital. Actualmente hay una alta demanda laboral por profesionales que se dediquen a este ejercicio del mercadeo en redes sociales digitales, así como es muy extraño no encontrar una marca -sea una figura pública, un producto, una organización- que no tenga sus perfiles activos en alguna de estas plataformas y en otras conexas como las de mensajería instantánea, por ejemplo, WhatsApp.
Para una marca, la decisión de estar presente en alguna red social digital depende, en gran medida, de las características del producto, servicio, figura pública u organización que son. Por ejemplo, para una empresa de mensajería postal quizás ahora estar en Tik Tok no le represente valor, pero sí estar en Facebook. Para un actor o actriz quizás le es más relevante estar en Tik Tok que en Twitter, y así. Si se está emprendiendo, probablemente Instagram sea una plataforma idónea para mostrar los productos o servicios que, por ejemplo, Pinterest, y así
Las marcas, en general, aprovechan las herramientas de las redes sociales digitales y de la mensajería instantánea para “humanizarse” y tener una relación más cercana con su audiencia, incluso, construir una comunidad. Entonces vemos a las personas buscando referencias de productos o servicios en estas, comunicándose con el centro de atención al cliente, dejando comentarios públicos para bien o para mal dependiendo de la experiencia que hayan tenido, recomendando, entre otras, y a las marcas, utilizando expresiones que muestran cercanía y empatía, incluso, usando memes o emojis en sus mensajes, o hasta, alguna vez, interactuar con su competencia.
Uno de los grandes problemas en las redes sociales digitales, la desinformación y los bulos
Uno de los cuestionamientos fuertes que se les hace a estas plataformas digitales es la presencia de desinformación y de bulos que son compartidos diariamente tanto por usuarios humanos como por bots, y tratar de atajar esta situación es bastante difícil. El fenómeno de las mal llamadas “fake news”, que mejor es referirlo como desinformación y bulos, es una dinámica que viene desde que la humanidad encontró la manera de organizarse políticamente hablando, pero en el siglo XXI, el rompimiento de las barreras geográficas que caracteriza a Internet, sumado a las dinámicas de viralización presente en estas plataformas digitales, ha hecho que este fenómeno haya alcanzado dimensiones monumentales. Por eso, es necesario que cada uno de nosotros aportemos nuestro granito de arena como esfuerzo para hacerle frente a este fenómeno, para ello, tener presente esta serie de orientaciones o pautas que buscan alertar:
- Analiza el titular, si el titular que te está llegando es muy llamativo, muy exagerado, te invita directamente al clic, entonces desconfía.
- Revisa las fechas, un contenido que aparezca sin fecha no nos permite saber cuándo se liberó o si la información es actual, por tanto, desconfía.
- ¿El titular conecta con el contenido? Si al momento de hacer clic y leerlos no encuentras conexión entre ambos, no lo compartas.
- Si te llega un audio que te indica que compartas ese contenido, o divulgues alguna información, no confíes, no compartas.
Las redes sociales digitales llegaron para quedarse en la cotidianidad de las personas, desde hace unos años son Facebook, Twitter, Instagram, ahora hablamos de Tik Tok, y no sabemos cuáles lleguen en los próximos años, o cuáles de las que están ahora, cierren. Su vida es muy dinámica y cambiante, así como su impacto social y es deber y responsabilidad de nosotros aprenderlas a manejar, de medir nuestro tiempo en estas, de ser conscientes de que se nos muestran realidades construidas y que si nos damos cuenta de que nos están afectando psicológicamente, quizás lo más saludable, es alejarse de estas.